viernes, 16 de abril de 2010

vivir cada minuto


Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero, si prestamos atención, percibiremos que ningún día es igual a otro. Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que solo sirve para este día y que no puede guardarse o desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá. Este milagro esta en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada. No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes. Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el “instante mágico”, esta a nuestro alcance.

Paulo Coelho


domingo, 4 de abril de 2010

Pascuas


Esta foto del Cristo de Neuquén acompaña las palabras atribuidas a San Francisco de Asís.

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto
ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
(Autor anónimo. Traducción del texto original francés).

viernes, 12 de marzo de 2010

Canto Cherokee, Dios está contigo



Un hombre susurró: Dios, habla conmigo.

Y un ruiseñor comenzó a cantar...
Pero el hombre no oyó.
¡Entonces el hombre repitió:
Dios, habla conmigo!
Y el eco de un trueno, se oyó...
Mas el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miró en derredor y dijo:
¡Dios, déjame verte!
Y una estrella brilló en el cielo...
Pero el hombre no la vio.
El hombre comenzó a gritar:
¡Dios, muéstrame un milagro!
Y un niño nació...
Mas el hombre no sintió el latir de la vida.
Entonces el hombre comenzó
a llorar y a desesperarse:
¡Dios, tócame y déjame saber
que estás aquí conmigo...!
Y una mariposa se posó
suavemente en su hombro...
El hombre espantó la mariposa con la mano y,
desilusionado, continuó su camino,
triste, sólo y con miedo.

La foto la saqué en Valle Encantado, Patagonia Argentina