domingo, 21 de junio de 2009
21 de Junio 2009 solsticio invierno
Para todas las culturas el invierno es una época de siembra. El sol se ha alejado del hemisferio y la tierra se prepara para trabajar interiormente. Los frutos de la cosecha anterior ya han sido recogidos. Es el momento para seleccionar los mejores frutos, obtener sus semillas y volver a sembrar.
Del mismo modo, en nuestro mundo interno, podemos sembrar los mejores objetivos para un nuevo ciclo que comienza. Deshacernos así de nuestros viejos hábitos, revisar los obstáculos que no nos han permitido alcanzar lo buscado y comprometernos entonces con renovada energía para lograrlo.
Los obstáculos pueden ser de diversa índole. La mayoría seguramente están en nosotros mismos.
No culpes a nadie de lo que te sucede. No culpes a los demás si no has logrado todavía determinadas metas. Tal vez no sea tiempo todavía, quizás tengas que desarrollar otros objetivos antes, tal vez tengas que vencer tus temores, o emplear más energía y voluntad para conseguirlos. A veces las metas son poco realistas y en ese caso deberás replantearlas para avanzar por etapas:
“todo camino de diez mil leguas comienza por el primer paso”.
Un tiempo de amor y solidaridad
Nosotros, los seres humanos, hemos vivido cientos de miles de años en estrecho contacto con la naturaleza, siendo parte de ella misma; estos últimos siglos hemos construido ciudades y nos hemos alejado de nuestra conciencia de contacto con ella. Pero todo nuestro ser sigue respondiendo a sus ciclos, llevamos ese programa en nuestros genes.
Imaginemos una tribu viviendo en cuevas o chozas en pleno invierno. Para sobrevivir han debido guardar los granos de los alimentos que cosecharon en tiempos de primavera y verano para alimentarse durante esta cruda época. También protegen a sus animales para tener a su alcance algo de carne y de leche.
Horus. Dios Sol Egipcio. Representa la Luz, el día.
El sol, como hemos dicho, se ha alejado. Hay más frío y más escasez de todo.
El sol es la fuente de vida y de calor.
Sin embargo, el ser humano observa y recococe que el sol retornará y la naturaleza volverá a mostrar su abundancia y esplendor.
Los miembros de la tribu se reúnen en torno de una fogata. El fuego les da calor, luz y, probablemente, les permite cocinar algunos alimentos. Juntos, se apoyan y comparten lo que tienen.
Esto se va transformando en una celebración, una ceremonia. El fuego es la representación del sol, momentáneamente alejado. Es también el elemento transformador de todo: lo que era sólido lo transforma en líquido, lo líquido en vapor, lo denso se transforma en algo sutil.
Los pueblos de todos los lugares del planeta comienzan a celebrar el Solsticio de Invierno.
Ritual Celta del fuego para recibir el Solsticio.
Cuando el cristianismo comienza a propagarse en Europa, asimila estas fiestas solsticiales a sus propios ritos y símbolos. De allí que se fija la fecha del nacimiento de Jesús en el Solsticio de Invierno (Hemisferio Norte). El niño Jesús pasa a simbolizar para los cristianos la idea de solidaridad, amor y esperanza. Por eso se colocan luces en los árboles, a semejanza de las antorchas que antiguamente se colocaban en el norte de Europa. Por eso se intercambian regalos.
Es el momento de tener fe y esperanza que todo irá mejor si tenemos la actitud interior correcta, si amamos y si somos solidarios
fUENTE:Dhammapada
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!!!