jueves, 11 de junio de 2009

Incorpóralo todo a tu ser


Esta técnica es un poquito difícil, pero si la puedes practicar, pues entonces maravilloso, Estupendo. Sentado, no dividas. Mientras estés sentado meditando, inclúyelo todo: tu cuerpo, tu mente, tu respiración, tus pensamientos, tus conocimientos, todo. Inclúyelo todo. No dividas, no crees ninguna fragmentación. Normalmente solemos fragmentar; seguimos fragmentando. Decimos: “este cuerpo no soy yo”. Hay técnicas que también pueden utilizar lo anterior, pero esta técnica es completamente diferente, en realidad, lo opuesto.


No dividas. No digas: “ Yo no soy el cuerpo. No digas: “Yo no soy la respiración”. No digas:”yo no soy la mente”. Di solamente:”Yo lo soy todo”, y sé todo. No crees ninguna fragmentación dentro de ti. Es un sentimiento. Con los ojos cerrados incluye todo lo que existe para ti. No te centres en nada; se alguien no-centrado. La respiración va y viene, los pensamientos vienen y pasan. La forma de tu cuerpo seguirá cambiando. Tú no has observado esto.

Si te sientas con los ojos cerrados, sentirás que algunas veces tu cuerpo es grande, algunas veces tu cuerpo es pequeño; algunas veces es muy pesado, algunas veces simplemente ligero, casi como si pudieras volar. Tú puedes sentir este incremento y disminución de la forma. Simplemente cierra tus ojos, siéntate, y percibirás que algunas veces el cuerpo es muy grande, llena todo el salón; algunas veces es muy pequeño, simplemente atómico. ¿Por qué cambia la forma?. En la medida en que tu atención cambia, también cambia la forma del cuerpo. Si eres inclusivo, se volverá grande; si eres exclusivo-yo no soy esto, yo no soy esto- entonces se volverá muy diminuto, muy pequeño, atómico.

El sutra dice: Amado, en este momento deja que la mente, el conocimiento, la respiración, la forma, sean incluidos.

Inclúyelo todo en tu ser y no deseches nada. No digas, “éste no soy yo”. Di: “yo soy” e inclúyelo todo. Si puedes hacerlo sentado, simplemente, estupendo. Sucesos completamente nuevos te acontecerán. Sentirás que no hay centro; en ti no hay un centro. Y con el centro ausente, no hay personalidad, no hay ego; sólo queda la conciencia, una conciencia como el firmamento que lo cubre todo. Y, al crecer, no solo tu propia respiración quedará incluida, no solo tu propia forma quedará incluida; finalmente todo el universo empezará a quedar incluido en ti.

Incluye y crece. Incluye y expándete. Inténtalo con tu cuerpo y luego inténtalo también con todo el mundo exterior.

Sentado debajo de un árbol, mira el árbol. Cierra luego los ojos y siente que el árbol está dentro de ti. Mira el firmamento. Cierra luego los ojos y siente que el firmamento está dentro de ti. Mira el sol al amanecer. Cierra luego los ojos y siente el sol al amanecer dentro de ti. Siéntete más inclusivo.

Entonces se producirá en ti una tremenda experiencia. Cuando percibas el árbol dentro de ti, inmediatamente te sentirás más fresco, más joven. Y esto no es imaginario porque el árbol y tú pertenecéis ambos a la tierra. Los dos estáis enraizados en la misma tierra y, finalmente enraizados en la misma existencia. Por tanto, cuando sientes que el árbol está dentro de ti, el árbol está dentro de ti- esto no es imaginación- e inmediatamente sentirás el efecto. La vitalidad del árbol, el verdor, la frescura, la brisa que pasa a través de él se sentirán dentro, en tu corazón. Incluye más y más a la existencia y no excluyas.

Osho; tomado de El Libro de los Secretos

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